Víctor González, youtuber originario de Irapuato, es el primer civil en tomar este curso básico de Fuerzas Especiales, un cuerpo integrado por los soldados de élite de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
A lo largo de las últimas semanas, Víctor ha compartido varios episodios en los que muestra en qué consiste el entrenamiento que reciben los aspirantes a este cuerpo de élite del Ejército Mexicano.
Este es un resumen del cuarto episodio.
Terminan los juegos del hambre
Los días inician con acondicionamiento físico que se realiza por las mañana con temperaturas que pueden llegar a ser bajo cero.
Como parte de su entrenamiento de supervivencia y montaña, los participantes en el curso de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano aprenden técnicas para la obtención de fuego.
Los cursantes aprenden sobre triada del fuego, conformada por oxígeno, combustible e iniciador. El iniciador se refiere a un “pedernal, una cerilla o un encendedor”; el combustible puede ser yesca, o madera muy delgada que esté seca.
El fuego brinda calor, protección de los animales y sirve también para cocinar algunos alimentos.
Otra de las enseñanzas del curso tiene que ver con los diferentes métodos de captación de agua. Al ser adiestramiento de montaña, la principal forma de obtener agua a través de arroyos, algún flujo o corriente.
Aunque para captar un litro de agua es necesario utilizar varios métodos. Uno de ellos es colocar una bolsa de plástico en las plantas; al paso de las horas, el rocío en torno a la planta se condensará y será posible recolectar el líquido.
Si se arrastra, camina, corre y vuela… a la cazuela
Los integrantes de las Fuerzas Especiales de la SEDENA están capacitados en distinguir las plantas comestibles de las venenosas, esto les ayuda como técnica de supervivencia en ambientes donde tienen que obtener su propio alimento.
Otro aspecto fundamental del entrenamiento en el curso de las Fuerzas Especiales consiste en aprender a cazar a través de trampas rudimentarias. En la montaña, las presas por lo general son mamíferos pequeños como liebres o conejos.
Después de atrapar a su presa, los cursantes reciben una clase en la que se les enseña a retirar la piel del animal.
“Ya teniendo el animal se toma la clase de desollamiento en la cual enseñarán cómo es la técnica para retirar completamente la piel y poder cocer un alimento en medio de la nada. Ya con el conejo desollado es momento de que cada patrulla consiga su propio alimento y finalicen la prueba del hambre (la cual consiste en cuatro días sin alimento, solo hidratación)”.
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Ración K
Durante el curso, los integrantes de la SEDENA conocen una modalidad de ración de emergencia, conocida como “Ración K”, la cual se caracteriza por ser de fácil abastecimiento y estar adaptada a las necesidades de los militares, pues es de fácil conservación y transporte.
La SEDENA no fabrica raciones K, las que emplea el Ejército Mexicano son adquiridas al proveedor del ejército norteamericano.
Existen varios opciones de menú en la ración K; en este caso los instructores muestran a los cursantes un menú que incluye un pan de elote, chili con frijoles, pretzel de queso cheddar, bebida lima limón, una galleta salada con vegetales, queso fundido. Además, incluye aditamentos como cuchara, cerillos, café, crema, azúcar, sal, toallitas desinfectantes y chicles.
Esta ración está pensada para 24 horas. El instructor explica que “el cuerpo humano en combate requiere de 3,600 a 3,800 calorías; la ración solo proporciona de 1600-1800 que es lo mínimo que se requiere para combatir”.
