De cuando los soldados de EU balearon al Calendario Azteca

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“Como toda piedra, la del Sol ha tenido como destino rodar y rodar…”. 

El arqueólogo mexicano Leonardo López Luján inicia así su texto “El adiós y triste queja del gran Calendario Azteca”, publicado por la revista Arqueología Mexicana, y en el cual hace una breve narración del que es sin duda el monolito prehispánico más famoso.

La Piedra del Sol es comúnmente conocida como Calendario Azteca, aunque en realidad no se trata de un calendario. 

Este monolito es una pieza inconclusa, que ha sido confundida con un calendario debido a que en uno de sus círculos se expresan los días de los aztecas. En realidad, esta piedra conmemora el tiempo creado y destruido por los dioses.

No se sabe la fecha precisa del origen de la Piedra del Sol, pero se ha podido establecer una conexión entre ésta y el emperador de Motecuhzoma Xocoyotzin, quien reinó la gran Tenochtitlán entre los años 1502-1520 d.C.

Se cree que la roca madre de la Piedra del Sol proviene del área del Pedregal de San Ángel, por lo que tuvo que ser arrastrada desde el sur de la Ciudad de México hasta la zona centro. Se estima que la roca, que pesa 24.5 toneladas, fue arrastrada  de 12 a 22 kilómetros para llegar al Templo Mayor.

Tras la llegada de los españoles y la derrota del imperio azteca, la Piedra del Sol fue enterrada, debido a que se creía que ejercía una “influencia perniciosa” en los indígenas. 

El 17 de diciembre de 1790, durante trabajos de empedrado que se realizaban en la entonces llamada Plaza Principal, la Piedra del Sol volvió a la luz: fue hallada a una profundidad de 41 centímetros; había sido enterrada boca abajo.

La Piedra del Sol fue colocada a un costado de la Catedral, a la intemperie; ahí pudo ser admirada, pero también tuvo un deterioro.

“Lamentablemente, al quedar a la intemperie a un lado de la Catedral, la Piedra del Sol sufrió las inclemencias del tiempo, y se convirtió en víctima del populacho, que le aventaba basura, y de los soldados norteamericanos, que la usaron para practicar al tiro al blanco en los días de la ocupación de 1847”, narra López Luján en su texto.

Fue hasta septiembre de 1885 cuando la Piedra del Sol fue trasladada a un lugar cerrado: el Museo Nacional, donde ocupó el lugar central de la Galería de Monolitos y permaneció ahí 80 años.

Fue hasta 1964 cuando la Piedra del Sol rodó por última vez; el 27 de junio de ese año fue trasladada al Museo Nacional de Antropología, donde actualmente ocupa el lugar estelar en la Sala Mexica.  

Dale click en este enlace para consultar el texto del arqueólogo Leonardo López Luján.

Te compartimos este video de Khan Academy en el que te explica más sobre la Piedra del Sol:

También puedes checar este video del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH):

 
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